El Valor de la Familia como elemento de diseño organizacional
“Idealistas de México que os empeñáis en la salvación de la República, volved los ojos al suelo de México, a los Hombres de México, a vuestras costumbres y tradiciones, a vuestras esperanzas y anhelos, a lo que sois en verdad, sólo así os conduciréis a un estado mejor y os redimiréis de vuestro infortunio. Para salvaros, precisa ante todo saber…sin aspirar a algo mejor, retrocederéis sin remedio, pero sin saber a dónde vais, fracasaréis sin duda.”
– Antonio Caso –
En Consultoría en Excelencia Organizacional, uno de nuestros valores es la “Pasión por México”, y que mejor que en este mes patrio para compartirles una pequeña reflexión.
Uno de los Valores que ha caracterizado a los mexicanos a lo largo del tiempo, es sin duda, el que le damos al concepto de “Familia”. El mexicano esconde un gran calor y sentido humano, en la familia se pueden mostrar las verdaderas emociones, la lealtad está garantizada. Compadres, comadres, el barrio, vecinos, compañeros de escuela y trabajo, amistades, el “cuate” de mi “cuate”, etc. forman parte de esta extensa definición que tenemos de la familia mexicana. El mexicano es hospitalario, sólo pide a cambio que esta sinceridad que es entregada le sea correspondida. ¿Por qué no integrar también a la Empresa y al “Jefe” dentro de esta definición?
La empresa debe aprovechar que una virtud del mexicano es su capacidad de entrega cuando éste se siente correspondido, y si además fomentamos consciente y estratégicamente la integración de nuestros empleados, esto nos permitirá lograr un mejor desempeño organizacional por medio del sentido de pertenencia y trabajo en equipo.
En mi experiencia, y después de haber trabajado con diferentes equipos de diversas nacionalidades, puedo categóricamente decir que tenemos los mexicanos, por naturaleza, las características necesarias para el Trabajo en Equipo a niveles superiores a los que en muchos otros países desarrollados tienen, pero al mismo tiempo, podemos también ser los peores.
¿De qué depende ésta diferencia? Pues en gran medida depende de la CONFIANZA que generen los Líderes de una Organización, con sus acciones en el día a día, cuando su liderazgo está dirigido al servicio a los demás y no al revés, cuando están dispuestos a “perder poder por resultados”, es decir, cuando logran el verdadero empoderamiento de sus colaboradores y comparten el liderazgo en todos los niveles de la Organización, cuando se genera una cultura de trato “adulto – adulto”, de “ganar – ganar”, cuando se empatan los objetivos del Negocio con los objetivos del Individuo, cuando se “reparten” de manera equitativa las “ganancias”, y no solo me refiero a la parte económica, sino también a la que se genera con la mejora de las instalaciones de trabajo, la creación de programas internos para el crecimiento y desarrollo, la capacitación, el fomento de la salud, la responsabilidad social, la diversidad e inclusión, el balance de Vida – Trabajo, etc., entendiendo que éstas a su vez son una verdadera inversión que generará frutos importantes para ambas partes en el corto, mediano y largo plazo, es decir, “ganancias” para el Negocio y para sus Empleados.
Una de las formas más efectivas de lograr esto, y que me ha tocado vivir y atestiguar personalmente, es incorporando a la “Familia” en la “Organización”.
Recuerdo gratamente que hace ya algunos años, cuando tenía la responsabilidad del área de Recursos Humanos en una Planta Manufacturera de más de 600 empleados, me pidieron que me hiciera cargo también de la Implementación de un programa de TPM, y uno de sus pilares fundamentales era el de crear una cultura del “Orden y Limpieza” (que no es precisamente una de nuestras características más fuertes como mexicanos).
Realizamos varios esfuerzos, sin embargo el avance era lento, existía mucha resistencia, y requería de bastante supervisión y control por parte de los líderes de las áreas productivas, y cómo no iba a ser así si estábamos atentando en contra de nuestra “naturaleza” como mexicanos.
Por casualidad, en esas mismas fechas estábamos organizando una serie de visitas familiares que por primera vez se realizarían en las instalaciones de la Planta, éstas se llevarían a efecto durante los fines de semanas en un periodo de 2 meses aproximadamente, y requerían de una participación muy importante de la mayoría de los empleados, ya sea liderando los recorridos, explicando los procesos, coordinando las actividades sociales y recreativas, etc. Mágicamente y de manera “natural” las instalaciones y oficinas de la Planta se fueron transformando (se barre cuando viene la suegra, dicen por ahí), se acompañó este esfuerzo con un poco de pintura, la compra de algunos estantes, cajas de herramientas y algunos otros dispositivos de almacenamiento que los empleados mismos nos solicitaron, nada del otro mundo. Todos nos maravillamos de la transformación que estaba ocurriendo, vieron los beneficios tangibles en su trabajo diario, “cada cosa en su lugar” les ayudo a simplificar su trabajo y lo convirtieron en su nuevo estándar de trabajo y se creo un nuevo hábito. Las familias sintieron orgullo de ver dónde y cómo trabajaban sus familiares y amigos.
Al darnos cuenta del “poder” de la familia, iniciamos un esfuerzo formal para organizar dentro de nuestras instalaciones y oficinas celebraciones del día del niño (que unimos con la ceremonia de entrega de becas escolares), del día de la madre, y del padre (se organizaron concursos de poesía y dibujo para los hijos de los empleados con esos temas), la celebración del día de muertos (con concursos de altares y disfraces , además de la tradicional partida de pan de muerto), y convivencias de fin de año. Se invitó también a las familias a enviar mensajes o dibujos que se utilizaron para reforzar las campañas de Calidad y Seguridad, se realizaron actividades de reforestación dentro de la Planta (se invitaron a las familias a sembrar un árbol y adoptarlo), como parte de las principales actividades de integración familiar… a partir de ese año, muchos de los indicadores de negocio mejoraron sustancialmente, se comprendió la importancia del orden y limpieza y con esto se facilitó la implementación del programa de TPM, se redujeron drásticamente los incidentes de seguridad y calidad, aumentaron las eficiencias de los equipos de producción, y finalmente, la encuesta de salud organizacional se posicionó como una de las mejores a nivel mundial dentro de la Compañía. Sin duda, todo esto fue uno de los aprendizajes más significativos que he tenido en mi vida profesional, y que pude reaplicar afortunadamente en otras organizaciones con resultados muy similares. Por eso soy un verdadero “creyente” de éstos esfuerzos.
En conclusión, éstas fueron tan solo algunos ejemplos de acciones o ideas sencillas que se pueden integrar en cualquier empresa como parte de una estrategia organizacional, para la mejora de los resultados del negocio, el fortalecimiento de Valores comunes, y en consecuencia, la construcción de un México mejor.